- Murales. Se usan mucho para decorar las habitaciones de los niños. Forra
y pinta una tabla y cuelga ahí todas las pinturas, dibujos y trabajos que
realice tu hijo, así como fotos y otros recuerdos. Pide a tu familia que también
colabore con el mural.
- Televisión. Con el avance de la tecnología, en
muchas casas se puede observar que, lamentablemente para los niños, la
televisión y el ordenador entraron de lleno en el cuarto de los pequeños. Lo
ideal sería que la habitación continuase siendo un espacio tranquilo para
dormir y jugar. Y que, para ver la televisión o el ordenador, el niño tuviera
que salir de su habitación. Esos aparatos transmiten mucha radiación y además,
si usados en solitario, pueden alejar al niño del entorno familiar.
- Cajones y guardajuguetes. Cuanto más años
tengan los niños, más cosas tendrá en su habitación. Más libros, más
juguetes... Por eso, la organización es primordial. No deje que la habitación
tenga un espacio saturado. Tenga cajones para distintos objetos, y ordena mejor
el armario para que todo no esté "colgado" por la habitación.
- Recuerdos. No te deshagas de todo. Mantén
algunas cosas que proporcionen seguridad al niño, como por ejemplo, un libro,
un peluche, o un cojín.
- Accesibilidad. Sitúa los juguetes y libros
preferidos del niño en un sitio donde él pueda alcanzarlos sin dificultades.
- Rincones. Crea rincones para diferentes
actividades. El armario para la ropa, un cajón para los zapatos, una estantería
para los libros, un baúl para los juguetes, una pizarra para enseñar y
aprender, y reserva un rincón del cuarto para las manualidades. Así será más
fácil organizar todo con tu hijo.
- Luz y ambiente. La luz natural también es
importante en un cuarto de niños. Las cortinas deben ser de un material que
impida la luz durante la siesta.
- Sencillez. Ten cuidado de no llenar
demasiado la habitación de los niños con imágenes, cuadros, figuritas, etc. Se
puede convertir en un espacio agobiante.
https://sidanpress.com/2019/06/10-datos-sobre-antrax-el-youtuber-mexicano/
ResponderEliminarAsí empezaron a sembrar, y la improvisada granja empezó a producir mas de lo que necesitaban para vivir, por lo que empezaron a vender lo cosechado primero a sus vecinos y luego en el pueblo, obteniendo el dinero suficiente para vestirse mejor y arreglar su casa.